jueves, 31 de diciembre de 2015

PARVADA DE LETRAS


Tú no lo sabes,
pero mientras el vagón avanza
el corazón se despedaza de desesperanza
parvadas de letras/aves, desplomándose.

...y otra vez el poeta sueña contigo,
parvadas de letras/aves agolpándose,
en tu regazo.
Y vos lo sabéis,
vos vivís así
sin las parvadas en tu alma
y sin saber lo que este hombre te ama.

Y tu sonrisa aterciopelándome los sentidos,
perdiendo a cada segundo los latidos.
y este corazón que calla
una historia que sólo se cuenta de un lado,
este viento/miedo que me inhibe...
una historia que no se escribe.

martes, 24 de noviembre de 2015

INEVITABLE



No puedo evitar que al mirarte
eclosione en mi alma un entrañable deseo
desenfrenado por  exteriorizar los misterios de tu ser. 

Estoy  seguro que todo lo tuyo me podrá enamorar,
pues de ti, me cuesta tanto despegar mis pensamientos.
Anonadado de estos sentimientos, excelsos,
evoco tu recuerdo, cada que de mis ojos te pierdo.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Lo que un día fueron las penumbras de mi agonía


A Cristina G. G.
Un día, esas letras que satisfacen tu ser,
(el que tanto amé con desenfreno)
fueron insoportables agonías que turbaban mi alma.
Tus sombras deambulaban alrededor mío
y todo me hablaba de ti.
Mi cama me amarraba a tu olor y a tu recuerdo.
Mi cuarto era un mar de islas que te evocaban
y yo tan necio que consumía tus recuerdos,
interminablemente, a cada naufragio de tus besos.

¡Cómo se amoldaban tus labios a los míos!

Si tan sólo hubieses sabido cuánto te sufría...
¡cuánto te consumía, cada noche, con cada poro de mi ser!
¡cuánto anhelaba tu cuerpo junto al mío!
¡cuántas veces se erizó mi piel al recordar la tuya!
¡cuántas veces palpitaba este corazón al escuchar tu voz!
¡cuántas veces te anhelé y te anhelé en silencio!

Si tan sólo supieras, lo tanto que habitaste en mis silencio
Si tan sólo supieras, lo tanto que naufragué entorno a ti
Si tan sólo supieras un poco, si tan sólo lo asimilaras como yo lo asimilo hoy:
Disfrazarías el tiempo, tus manos tendrían poderes, tus labios serían un puente interminable y tu sonrisa inagotable.
Tendrías un desarmador y reloj y jugarías a ser Dios. Renunciarías a la realidad y a la razón por unos cuantos segundos de amor efímero.

Inexorablemente, no podré volver a verte,
porque entre nosotros existe una rara magia
que aunque pasen años y otros amores
tras quince minutos juntos, nosotros volveremos hacer los mismos.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Tu sonrisa

Tu sonrisa es una furibunda epifanía inescrutable. Una especie de vaho delirante y palpitante. Algo intangible, pero a su vez emocionante. 
Un río apenas perceptible al oído, como recuerdo lejano, separa nuestros labios. Yo, temeroso y mudo, admiro impaciente tu hablar, tu andar, tu mirar. Ardiendo lentamente, mientras las cenizas se dispersan por el aire. Y padezco, mañana tras mañana, cada que desapareces, cada que se termina la jornada. 
Anhelante espero tu cercanía, tu palabra, tu mirada, tu mano, deseoso de tus labios.

martes, 4 de agosto de 2015

MUJER DE HUMO (SOÑÉ QUE TE SOÑÉ)




Soñé que te soñé. Estabas tú, junto a mí, todo transcurría tan normal. Sentados en una banca del parque alimentabas a las aves. El clima era perfecto bajo la sombra. Transcurría pasiblemente el aire entre tus cabellos y empapaba en mi rostro su frescura.
Giraste tu rostro hacía mí <<¿por qué después de tanto tiempo vienes y me buscas? ¿te parece justo? tengo 2 hijos y un marido>> dijo mientras limpiaba con coraje sus lágrimas <<...pero te sigo amando, ...inexorablemente>> sentenciaste.
Me invadió un estupor, quedé mudo. Me dolían sus lágrimas, su manos húmedas, su respirar agitado. El nudo en la garganta ahogó mis palabras. El porta retratos que tenía, de nosotros, calló de mis manos y del susto, me levanté.
El mal sabor, y el resentimiento del sueño estaban aún en mí impregnados. <<¿Qué pasa, amor?>> Era tu voz. Estabas ahí, dándome la espalda, cubierta por la sábana. Era tu olor. No recuerdo cuando fue la última vez que te respiraré. Tomé tu brazo, indudablemente eras tú. Mientras me abracé a ti con todas mis fuerzas, te dije al oído, "nada amor". Cerré los ojos. Entre el sueño y la realidad, reabrí mis ojos, no estabas, pero tu olor estaba impregnado en la habitación. Confié en que estabas por ahí haciendo algo, cuando me invadió un recuerdo, como miles saetas tapando el sol, justo para clavarse en mí "tu y yo jamás habíamos regresado, era un 22 de marzo, y era otro cuerpo, la que abría las ventanas. Tu olor se desvaneció, mujer de humo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Muero todas las noches tratando de escribir tu nombre.



Yo no escribo.
Yo muero todas las noches,
tratando de escribir.
Veme aquí, 
con mi últimos suspiros,
escribiendo tu nombre,
rasgándome las vestiduras 
del alma,
sufriendo a solas, 
y callándome tanto. 
Tragándome te quieros
que arden, que queman. 
Me refugio en este mundo indómito, 
sufriendo lo que te amo.
Tú no lo sabes, nunca sabrás
lo que esconde este mundo,
nunca sabrás lo tanto que habitas en mis silencios. 

miércoles, 27 de mayo de 2015

Desde las coordenadas adecuadas

Jamás vi, mujer alguna,
que sonriera como tú.
Que me enredara en su locura,
tanto como en su cordura.
Siempre me posesioné en las coordenadas
adecuadas, para mirarte sin que me miraras.
Pero también para que cuando lo hicieras,
fuese por iniciativa tuya, y me ayudaras a viajar.
Esta vida no sería nada sin esa dosis que me robo de ti.

Mi mitad o mi todo

Mi mitad, o mi todo, no queda ahí,
se deforma o transfigura, 
para bien o para mal...
En una revisión de daños no se vería la diferencia.
Qué más da... 
Que vuele, si tiene alas;
que cante, si tiene voz;
que se arrastre, si ha quedado mutilado;
que coma tierra, si es la única opción.
¡Que quede inmóvil!
Que su respiración sea forzada,
que quede al límite de la vida...
Qué más da...
Que se deforme o se transfigure,
según el silencio, la soledad,
la oscuridad o la realidad,
se lo exija.
¡Qué más da!
Si ya en este cuerpo inerte
el delirio se lo exige...

Escaparé a donde el ruido colma las calles

Mañana escaparé a donde el ruido colma las calles,
donde el silencio se esconde como roedor, entre las grietas.
Me refugiaré bajo la sombra de algún árbol,
y mientras todo asiste deprisa, miraré con desdén.
El hastío hervirá mi sangre. No correré.
(Odio la mezcla entre gente y ruido)
Sembraré mis raíces junto al árbol.
Seguro que él también odia algo.
Evitaré todo contacto con el cielo y el árbol,
sólo miraré cómo se sustrae la prisa.
La miraré convulsionarse, y comerse ella misma.
La sangre, seguro, tambien me hará revolcarme.
En este hastío nos veremos cara a cara, sin cuerpos.

miércoles, 6 de mayo de 2015

...Y ASÍ TE AMO, AUNQUE TÚ NO LO SEPAS



¿Cómo no mirarte si tu cabello
y tu rostro angelical
me hacen girar 
para mirarte,
como dos imanes
ante sus dos polos iguales?

¿Cómo no mirarte?

Viajaría todo el espacio/tiempo que fuese necesario.
para que las fuerzas magnéticas nos unieran.

Ya tu polaridad,
tan distinta a la mía,
nos atraería,
inevitablemente.
No podríamos separarnos.

Uno junto al otro,
como dos locos enamorados,
disfrutaríamos del eclipse,
de la metamorfosis.

Juraríamos a los filósofos
que la utopía existe,
y que somos poseedores de ella.

Inexorable es la verdad:
yo no provoco nada en ti.
Me desmagnetizas
desordenando mis órbitas,
Me quemas como un soplete
al rojo vivo... sin decir palabra alguna.
Mi temor a conquistarte me congela el alma.

...Y así muero,
y vuelvo a nacer,
cuando sin quererlo,
te vuelvo a ver. 

La última carta sobre tu adiós.



Las letras callaron,
se enmudecieron sobre el papel,
estaban incómodas.
Parecían venir de otro mundo,
y que les apuraba el deseo de huir.
Desesperadas se agolpaban 
unas tras otras.  
Se veía cómo les palpitaba 
el corazón, ¡cómo sufrían!
Sangraron y lloraron...
Ahora esa carta es vieja,
arrugada, amarillenta y olvidada.
Sobre mi mano derecha
se escurre la tinta,
a la hoguera van.
Mientras caen, juran vengarse... (de ti) 

domingo, 26 de abril de 2015

El baile de una dama en mi pecho.

Este hervor de sentimientos, es el devenir de mí búsqueda.
¡Qué diablos pasa!
Arde la espalda cuando en el pecho baila una dama.
Esta soledad tan habitada: espectros de una mujer desolada.
(¿Qué busco si te quiero como eres, pero desearía que todo fuese diferente?)
Sigo pensando que ha sido la mejor noche.
Tu y yo. Fuiste buena actriz.
Hoy mírame con sólo recordar soy feliz.
Cuando los últimos años fui infeliz.
... pero ¿cuánto duró?
Una noche eterna.
Esta utopía sólo hace que camine más y más,
a una noche larga sin fin, en la cual sigo vivo.
Que se acabe el mundo, todo, sólo, por una noche, una noche eterna a tu lado.

lunes, 9 de febrero de 2015

Ninguna lengua como la tuya.

Sé que no soy al primero que visitas, ni mucho menos el último, pero deseo que vuelvas, aunque sea, a dejar impregnado tu insoportable y tormentoso aroma en mi cama. 
Eres esa adicción de la cual me avergüenzo, un abismo profundo y oscuro al cual corro sigilosamente, escondiéndome sabe de quién, pero con temor. 
Eres el pecado del cual siempre me arrepiento, antes y después, que no disfruto, sólo cuando mi pene se sumerge entre tu boca. 
No sé cómo sea una adicción, pero esto no podría ser una adicción, si es un tormento a toda hora. ¿dónde queda el gozo si no es tu boca? ¿qué sería de ti sin tu lengua salvaje? ¿Qué sería de ti sin este hombre que se rebaja y se somete, interminablemente, a tu boca, menos cuando intenta besarme?
Te odio y tú lo sabes, te lo he dicho tantas veces, pero irremediablemente, regresas. Sé que no es amor, quizá, y simplemente, te suceda lo que a mí. Nos odiamos, no lo decimos. Nos satisfacemos, obteniendo del otro sólo lo que necesitamos, sin satisfacer al otro. Somos egoístas, nos importa sólo nuestra satisfacción, mas sin saberlo, nos satisfacemos. ¿¡qué diablos es esto!?

Nos buscamos porque no tenemos a nadie más a quien acudir ¿qué pasará cuando allá alguien más? Quizá deba olvidar tu número, eso bastaría. Tal vez sólo tu incesante apetito sexual deba morir. Sï, eso es. Así ya no habría razón para vernos.