Tu sonrisa es una
furibunda epifanía inescrutable. Una especie de vaho delirante y palpitante.
Algo intangible, pero a su vez emocionante.
Un río apenas perceptible al oído, como recuerdo lejano, separa nuestros labios. Yo, temeroso y mudo, admiro impaciente tu hablar, tu andar, tu mirar. Ardiendo lentamente, mientras las cenizas se dispersan por el aire. Y padezco, mañana tras mañana, cada que desapareces, cada que se termina la jornada.
Anhelante espero tu cercanía, tu palabra, tu mirada, tu mano, deseoso de tus labios.
Un río apenas perceptible al oído, como recuerdo lejano, separa nuestros labios. Yo, temeroso y mudo, admiro impaciente tu hablar, tu andar, tu mirar. Ardiendo lentamente, mientras las cenizas se dispersan por el aire. Y padezco, mañana tras mañana, cada que desapareces, cada que se termina la jornada.
Anhelante espero tu cercanía, tu palabra, tu mirada, tu mano, deseoso de tus labios.
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