sábado, 22 de febrero de 2014

LA MUERTE

La calle no calla,
no quiere. Suspira
por momentos, allá,
en la lejanía. Expira

su silencio a atrancados jalones,
no quiere morir.
La gente no se lo permite, los señores
calman a las mujeres su gemir

Los gritos ahogados,
las lágrimas, ya secas,
llevan en sus espaldas
uno ojos cansadísimos

Los niños tiernos e inocentes
le sonríen a la muerte, no la conocen.
Se sienten los murmullos en las calles
parece que dejarlo ir no quieren.

no quiere morir la noche
mañana quizá vuelva el día

pero él, él jamás regresará

jueves, 20 de febrero de 2014

Al fin se acabó todo

Al fin se acabó todo
acepté
olvidarte
sin caminar codo a codo

al fin se acabó todo
lo repito minuto a minuto
aunque parece infinito
el eco de tu olvido

al fin se acabó todo:
esta guerra con la que no puedo
esta ausencia amarga que bebo
cuando llega tu recuerdo

se acabó todo:

el amor
el odio
el color,
todo ardió;

la tinta en la que te impregnaste
la cama en la que bailaste
las sábanas
las palabras


Todo ardió sin decir adiós...

lunes, 10 de febrero de 2014

Sigues ahí como un fantasma

Parece mentira, cada que entro en mi habitación siento tu mirada sobre mí, espiándome. Como si nunca te hubiera olvidado, y en cambio, te hubiera aguardado en alguna parte de él y desde ahí me miraras, recordándome cada una de las historias que vivimos en este pequeño escombro. Cuando alguien nuevo llega a él tú me dices, tras el oído, qué lugares no debe tocar. Cuando llega una mujer, me gritas (con amor) que no debe tocar ese mismo colchón donde estuvimos tu y yo alguna vez. El  que ni yo mismo puedo tocar. Sigues ahí como un fantasma. Cuando me entrego a alguien más, (me recuerdas que jamás podre escribir sobre tu nombre) me dices lo que yo mismo no me digo, que trato de llenar tu ausencia. Sigues ahí, como un fantasma.

domingo, 9 de febrero de 2014

Carta a una amante.

Debería decir: te amo,
te quiero, te extraño...
y si lo hago, lo hago sin sentirlo.
Estoy solo cuando tengo tanto,
por ejemplo: a ti
a la que no quiero ni odio.
Sigo armando el rompecabezas
encontrando unas piezas por aquí
y unas otras cuantas por allá.
Unas hoy, otras mañana...
parece infinitas las piezas.
Debería escribir un poema de amor,
pero no quiero mentirte.
Busco en ti, y en otras,
lo que debería buscar

en la que ya no está.