jueves, 6 de marzo de 2014

Martha no es un nombre, Martha es una ciudad.

Martha no es un nombre.
Martha es una ciudad
de utopías de cobre,
pues pobre el hombre
que la felicidad en ella ose
a gozar a perpetuidad
porque no le habrá de esperar
cosa alguna que no sea claudicar
en penas y agonías.

Habrá de aclarar que tampoco habrá
vestigio alguno de él en aquel corazón de piedra.
Morirá en él toda lozanía
que su rostro desprendía

y algún día la intríngulis se descubrirá,
y no existirá óbice alguno que evite
el trágico desenlace de ser asesinada
por aquella alma desgarrada.

Martha no es un nombre.
Martha es una ciudad
y en sus lares corre ya mi nombre
como vaho intangible en la oscuridad

miércoles, 5 de marzo de 2014

Los barrotes del ordenador

Una ramita se asoma a mi ventana
me susurra cada que el aire la pasea
me platica con el tintinear de sus hojas
unas ríen bajo la blanca oscuridad de la luna.

¡Ellas tan libres y yo tan prisionero!
Vuelvo una y otra vez a mirarlas
desde los barrotes del ordenador
morteros de caricias cortopunzantes

me tienen atado a esta mi existencia:
"HD de Alto Brillo con ratio panorámico 16 : 9"
junto a unos dedos sagaces; clic, clic, clic...
retumbando por toda la cueva en donde sobrevivo


Quisiera ser tan libre como estas ramitas
mientras observo el "visto: 3:23" de María
¡Qué coraje! ¡Ya querrá hablarme, algún día!
¡Qué oscuridad tan abrumante!

Ciegos, manco, cojo, me he quedado.
Ojos que no ven fuera de esta cueva,
Manos que solo conocen el negro mate

y pies que ya no se mueven...