lunes, 6 de enero de 2014

Mi cielo

Muero por esas dos lunas llenas que escondes bajo tus cejas,
Muero por tus dos cuartos menguantes que, efímeramente,
viven en tus mejillas cada vez que se esponjan tus labios
rojos y macizos, y otras veces, naranjas como la luna,

Muero por esa perfecta combinación agridulce que me provocas
Muero a diario, a cada minuto a cada segundo,
Muero, mujer, a diario, por ti... solo para renacer una vez más
y volver a morir, cada vez que sonríes para mí.

PROPUESTA DE AMOR TARDÍA

Me tragué la ilusión para no mostrarme débil,
me tragué un te amo, un abrazo, un sueño,
una mano, que sedienta de ti, se arrugó.
Me tragué toda la felicidad que me provocaban tus gestos;
tu mirada terca en odiarme, tu sonrisa pueril,
tu risa fantasiosa y exageradamente sincera...
¡Me ahogué, me atraganté mi amor!
Mis poros que transpiraban amor, se bloquearon.
Se acumularon los abscesos de la pus, de mi amor de ti.
Mis venas retenían la sangre que se destinaba
para nuestra descendencia, me podría...
mi corazón se convirtió en sanguinolento
y morí...
aunque seguro estaba de tu amor hacía mí,
por tus detalles de amor que me llevaban tan lejos de aquí,
te escondí en un dédalo, me alejé de ti,
te escondí en el recipiente de la tinta de mi pluma
para no pensarte más, para no creerme una palabra más tuya,
para no verte más en mis sueños...
Hoy me ves aquí, no te sorprendas amor,
pedí unas horas, las últimas, para hacerte una
propuesta de amor tardía...