y tu rostro
angelical
me hacen
girar
para
mirarte,
como dos
imanes
ante sus dos
polos iguales?
¿Cómo no
mirarte?
Viajaría
todo el espacio/tiempo que fuese necesario.
para que las
fuerzas magnéticas nos unieran.
Ya tu
polaridad,
tan distinta
a la mía,
nos
atraería,
inevitablemente.
No podríamos
separarnos.
Uno junto al
otro,
como dos
locos enamorados,
disfrutaríamos
del eclipse,
de la
metamorfosis.
Juraríamos a
los filósofos
que la
utopía existe,
y que somos
poseedores de ella.
Inexorable
es la verdad:
yo no
provoco nada en ti.
Me
desmagnetizas
desordenando
mis órbitas,
Me quemas
como un soplete
al rojo
vivo... sin decir palabra alguna.
Mi temor a
conquistarte me congela el alma.
...Y así
muero,
y vuelvo a
nacer,
cuando sin
quererlo,
te vuelvo a
ver.
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