Una coma acabo con nuestro amor.
Es cierto, una coma acabo con nuestro amor. Se canso de
nuestro amor indeciso. Del juego de niños. Decidió tomar cartas en el asunto. Empezó
a jugar con nosotros como nosotros jugábamos con ella. ¿Lo recuerdas? Solíamos poner
la coma donde más nos convenía:
“¡Ya no te amo!” a “¡Ya no, te amo!”, “Al diablo no te
necesito” a “Al diablo no, te necesito”,
O al responder nuestras preguntas:
“Nada te amo” a “Nada, te amo”
Después de
tanta inseguridad se canso y decidió desaparecer. Un día sin precedencia se
fue. No teníamos cuidado al hablarnos. Todo lo decíamos al tajo. Cuando antes
nos decíamos las cosas con cariño ahora eran crudas y filosas. Muchos dicen que
es la costumbre que siempre está a la caza del amor. Pero no, eso no fue. No
supimos cuidar nuestro vocablo.
Las cosas
fueron empeorando, el amor, al darse cuenta que la coma se fue, decidió también
irse. Disque salió por la ventana. Pero no, así no fue, esta vez fue descarado, salió por las noches
de pasión. Ahora ni hacer el amor nos salvaba. Como Jaime Sabines escribió: “Después
de todo pero después de todo: solo se trata de acostarnos juntos”. Ahora ni de
eso se trababa ni hacer el amor nos salvaba.
Quedamos llanos,
vacios, ni amor ni vocablo teníamos. Todo se acabo. Termino con una frase que cada
quien la entendió como quiso.
“No (,)
quiero ser feliz contigo.”
No supimos
respetar las reglas del amorvocablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario