Por el que dentro de un motel se catalogo como inmortal. Por
el que después de conquistar a ciegas, decidió siempre mirar con la frente en
alto. Por el que tan guapo se sintió hasta que el espejo corrió. Por todos
ellos, y me incluyo, que decidieron amar con todo el corazón, hasta que
conocieron "El amor de su vida".
Pero como suele ser, nada es para siempre y siempre vaga un
nada en estas circunstancias. Porque todo cambia.
El inmortal se llego a enamorar y de un edificio decidió
saltar. El mirador se tropezó con la piedra de la vanidad vacía de sustancia.
El guapo supo que los espejos también mienten. Yo, el enamorado, conocí la obsesión
que se puede tener por una mujer, y que no siempre "El amor de tu
vida" no es precisamente el amor de tu vida.
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