martes, 15 de enero de 2013

Siempre vaga un nada...


Por el que dentro de un motel se catalogo como inmortal. Por el que después de conquistar a ciegas, decidió siempre mirar con la frente en alto. Por el que tan guapo se sintió hasta que el espejo corrió. Por todos ellos, y me incluyo, que decidieron amar con todo el corazón, hasta que conocieron "El amor de su vida".
Pero como suele ser, nada es para siempre y siempre vaga un nada en estas circunstancias. Porque todo cambia.
El inmortal se llego a enamorar y de un edificio decidió saltar. El mirador se tropezó con la piedra de la vanidad vacía de sustancia. El guapo supo que los espejos también mienten. Yo, el enamorado, conocí la obsesión que se puede tener por una mujer, y que no siempre "El amor de tu vida" no es precisamente el amor de tu vida.

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