lunes, 25 de septiembre de 2017

Qué puedo yo hacer, sino...

Era morena, portaba una cadencia suave y delicada denotando una humildad sencilla. Un brillo en sus ojos negros, su sonrisa triste y su cuerpo frágil delineaban sutilmente una bella melancolía que me hacía sumergirme, amorosamente, en el mar de sus ojos. Ella sabe que su, apenas susceptible, melancolía embriagaba mi ser.
Qué puedo yo, sino entregarme tiernamente a su recuerdo, ahora que ya no está.

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