lunes, 25 de septiembre de 2017

En mis sueños...

Con qué voracidad
destrozó mi alma,
soñarte:
fueron vítores de guerra
sorprendido por
certeras balas,
atravesándonos
desgarrando el júbilo
que nos abrazaba el alma;
fue despertar
y afrontar que no estás:
(en la mejor de las suertes)
Había mañanas, madrugadas
en que el tiempo transcurría
y despertaba un 20 de febrero
5 años antes, con un gozo desmedido
en verdad lo creía,
que lo que por años bebí amargamente
había sanado, y vuelto a la normalidad,
cuando te amaba, cuando me amabas,
cuando todo era un júbilo eterno:
palidecí abruptamente,
un golpe de frente
contra el destino.
Cada que, sin desearlo,
aparecías en mis sueños.

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