sábado, 22 de febrero de 2014

LA MUERTE

La calle no calla,
no quiere. Suspira
por momentos, allá,
en la lejanía. Expira

su silencio a atrancados jalones,
no quiere morir.
La gente no se lo permite, los señores
calman a las mujeres su gemir

Los gritos ahogados,
las lágrimas, ya secas,
llevan en sus espaldas
uno ojos cansadísimos

Los niños tiernos e inocentes
le sonríen a la muerte, no la conocen.
Se sienten los murmullos en las calles
parece que dejarlo ir no quieren.

no quiere morir la noche
mañana quizá vuelva el día

pero él, él jamás regresará

No hay comentarios:

Publicar un comentario